En 1990, la Copa Dinastía, torneo de fútbol de Asia del Este, es creado.
Reagrupa las cuatro mejores selecciones nacionales de fútbol de la región, Corea del Sur, Corea del Norte, China, y Japón.
Para la 1a edición, China acoge la competición, todos partidos del torneo que se celebran en Pekín, capital del país.
El torneo se celebra en dos vueltas, la primera vuelta que reúne todos los equipos en el mismo grupo, las dos primeras selecciones que se cualifican para final.
Favorito lógico de la competición, Corea del Sur sale de una Copa del mundo 1990 complicada, con tres derrotas en tres partidos (6 goles encajonados solamente para un marcado). A pesar de esta realidad dura frente a adversarios de un nivel superior, los Diablos Rojos saben que en su continente permanezcan uno de los mejores equipos, y pueden recordar su trayecto excelente en el momento de la última Copa Asiática dos años antes, disputando el final contra Arabia Saudita (deshecha 0-0, 3-4 a los penaltis). Bajo las órdenes del nuevo seleccionador Lee Cha-Man, Corea del Sur aborda este nuevo torneo con la ambición totalmente simple de llevárselo.
Detrás de los surcoreanos, los tres otros participantes que son Japón, China, y Corea del Norte, no fijan la misma experiencia más allá de las fronteras de Asia, no teniendo por ejemplo ninguna participación en Copa del mundo.
Para dos de ellos, Japón y China, el último gran torneo referente queda la Copa Asiática 1988, con fortunas diversas.
Para la Gran Muralla, esta última competición probó una vez más que formaba parte de naciones que cuentan en Asia, alcanzando el estadio de los semifinales (pegada por Corea del Sur 2-1 después de prolongación). No hay duda que los hombres del seleccionador chino Gao Fengwen tendrán empeño de desquitarse y de dejarse referirse por el entusiasmo popular.
Para Japón, la ausencia de un campeonato profesional sobre el territorio es un handicap, y los Samuráis Azules pueden por el momento sólo sufrir la superioridad de sus adversarios, lo demuestra su realización en el momento de esta última Copa Asiática 1988, eliminados desde la primera vuelta acabando al último de su grupo sin llevarse el menor partido. Es pues con humildad y prudencia que la selección japonesa aborda esta nueva competición.
En cuanto a Corea del Norte, es la gran desconocida de esta competición. No habiendo conseguido cualificarse para la última Copa Asiática (su última participación al torneo más grande y asiático que sube a 1980), el Chollima empieza este Dynasty Cup que no tiene nada que hay que perder, muy poca experiencia, pero una envidia feroz de demostrar todo sonido potencial.
El viernes, 27 de julio de 1990, la primera edición de la Copa Dinastía comienza.
Para el primer partido de la competición, Corea del Sur se enfrenta con Japón, y después de haber valorado durante la primera media hora, la defensa japonesa cruje una primera vez al 34 minuto en respuesta a un gol de Hwang Sun-Hong. Los Samuráis Azules vuelven a las guardarropas llevadas sobre este tanteo de 1-0, pero la esperanza de volver en el partido se apaga cuando Kim Joo-Sung surge y dobla la postura al 66 minuto. 2-0, tanteo final, los Diablos Rojos comienzan el torneo sin fruncir las cejas.
En el otro partido de día, el país huésped chino recibe la enigmática Corea del Norte. Y el enigma es resuelto desde el éntame del partido, al asustar el Gao Sheng las redes norcoreanas desde el 9 minuto. El Chollima acaba primera tiempo con un gol de retraso, pero decididamente los principios de período son difíciles para Corea del Norte, y Ma Lin engaña una segunda vez al guardián norcoreano un minuto después del saque del centro de segunda tiempo (46'). Tanteo 2-0 final para la Gran Muralla, que se anuncia un adversario temible en esta competición.
Dos días más tarde, ambos Corea se enfrentan con por sola ambición de ganar el partido. El encuentro es tendido, cada equipo tiene su momento casi de alegría, pero finalmente el partido lentamente humea hacia el reparto de los puntos, cuando Hwangbo Kwan hace sobresaltarse de placer su banco de toque y da 3 puntos más de Corea del Sur (89 minuto). Dura realidad para el Chollima, que tenía allí su primer punto en esta competición. Para los Diablos Rojos, seis puntos en dos partidos, la calificación para el final de la Copa Dinastía es prácticamente adquirido.
Por su parte, China debe obligatoriamente ganar contra Japón para reunir Corea del Sur en final y disputarle la victoria. Pero el primer partido sirvió de lección a japoneses, y el tiempo humea sobre este tanteo de 0-0, cuando Wu Qunli encuentra la falla a 13 minutos del fin del partido, y envía al mismo tiempo la Gran Muralla al final de la Copa Dinastía.
El 31 de julio, los dos últimos partidos de la primera vuelta sirven sólo para la clasificación del grupo, y mientras que Corea del Norte se lleva su partido contra Japón gracias a un gol de Ri Hyok-Chon, Corea del Sur gana la primera manga contra China gracias al gol de su joven delantero de edad de 21 años Lee Sang-Yoon.
La primera vuelta se acaba, Corea del Sur acaba primero del grupo con tres victorias, China es segunda, Corea del Norte toma el tercer lugar, y Japón conoce una nueva desilusión con tres derrotas en tres partidos y el último lugar del torneo.
El 3 de agosto, el final de la Copa Dinastía 1990 ve enfrentarse China contra Corea del Sur.
26 minuto, el árbitro del partido silba un castigo máximo para los Diablos Rojos, el estupor en el estadio. Hong Myung-Bo se lanza y engaña al guardián chino, 1-0 para Corea del Sur. Animada por sus partidarios, la selección china crece para volver al tanteo, y finalmente es recompensada al 61 minuto cuando Mai Chao iguala. 1-1, el tiempo humea, y las prolongaciones no permiten encontrar al vencedor de esta nueva Copa Dinastía. Es pues la sesión de los penaltis que va a determinar al primer vencedor de esta nueva competición, y al cabo del suspense, Corea del Sur se le lo lleva 5 penaltis a 4, y levanta orgullosamente a la primera Copa Dinastía de su historia.