En 1916, Argentina organiza el primer Campeonato sudamericano de fútbol (conocido bajo el nombre de Copa América desde el 1975) para celebrar el centenario de su independencia enfrente de España (el 9 de julio de 1816). Los argentinos invitan Brasil, Chile y Uruguay para participar en la competición. Todos los partidos del Campeonato sudamericano de fútbol se celebran en el estadio Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, pero el incidente sobrevenido en el momento de final entre Argentina y Uruguay obliga a los oraganizadores del torneo a deslocalizar el último partido de la competición en el estadio Racing Club de Avellaneda.
En curso de competición y frente al atragantamiento popular engendrado por los encuentros, Héctor Rivadavia Gómez, miembro de la federación uruguaya de fútbol, propone la creación de una confederación sudamericana que reagrupa las federaciones argentinas, brasileñas, chilenas y uruguayas de fútbol. Y el día del aniversario del centenario de la independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1917, la CONMEBOL (Confederación sudamericana de fútbol) es fundado y reagrupa de facto las cuatro federaciones de Argentina, de Brasil, de Chile, y de Uruguay.
El primer Campeonato sudamericano de fútbol 1916 se hace la primera competición oficial reconocida por la CONMEBOL.
En las reglas del fútbol en 1916, ninguna sustitución de jugadores está prevista durante un partido, y el árbitro del encuentro todavía no dispone de tarjetas amarillas y rojas.
Las cuatro selecciones participantes a la competición se riñen la victoria en un solo grupo, cada equipo que se encuentra por turno para determinar al vencedor del torneo.
El 2 de julio de 1916, el Campeonato sudamericano de fútbol se presenta.
En el estadio Gimnasia y Esgrima, 3,000 espectadores hicieron el desplazamiento para asistir al primer encuentro del torneo, Uruguay contra Chile. En once uruguayo, Isabelino Gradín, jugador del Peñarol, y Juan Delgado, futbolista de la Central Español Fútbol Club, llaman la atención adversarios chilenos a causa de su color de piel. En efecto, es la primera vez en la historia que un país envía a dos jugadores negros para participar en una competición oficial, y los chilenos se quejan ardientemente de ver Uruguay "utilizar" a jugadores "africanos" en su equipo. Pero el árbitro argentino Hugo Gronda justamente no lo tiene en cuenta y hace el saque del encuentro. Justo antes tiempo, José Piendibene abre el tanteo para la Celeste (44’). 1-0 para Uruguay, los hombres de Carlos Fanta corre después del tanteo, y al 55 minuto, el momento ha escogido por Isabelino Gradín para marcar con su huella el partido llevándole la marca a 2-0. 15 minutos más tarde, Gradín marca primero doblada de la historia del Campeonato sudamericano de fútbol, antes de que su compañero de equipo José Piendibene lo imite cinco minutos más tarde. Tanteo 4-0 final, la Roja continúa quejándose para el mismo motivo que a principios de partido, pero Uruguay ganó en el mismo sitio el primer partido de la historia de la competición.
Cuatro días más tarde, Chile puede siempre creer en sus posibilidades de llevarse el primer Campeonato sudamericano de fútbol, pero para esto habrá que pegar Argentina y los 18,000 espectadores del estadio Gimnasia y Esgrima. Pero sobre todo Alberto Ohaco, el goleador del Racing Club de Avellaneda, pone sólo dos minutos para encontrar el camino de las redes, 1-0 para la Albiceleste. El partido puede girar muy rápidamente a la demostración, pero nada más pasa cuando Telésforo Báez empata al 44 minuto. El árbitro brasileño silba tiempo sobre este tanteo de 1-1. De regreso de las guardarropas, la máquina argentina desenrolla entonces, Juan Domingo Brown transforma dos tipos de penalty (60’ y 62’), Alberto Andrés Marcovecchio firma el cuarto fin para Argentina (67’), luego Alberto Ohaco va allá de sonido doblado siete minutos más tarde, antes de que Marcovecchio acabe el recital argentino al 81 minuto. Tanteo 6-1 final, la Albiceleste da el golpe sobre sus tierras y Chile no pudo nada hacer.
El 8 de julio, es la salida en escena de Brasil, confrontado con la mismo equipo de Chile. Demósthenes abre el tanteo para la Seleção al 29 minuto, y la Roja no quiere dejar este primer torneo con cero punzado, Hernando Salazar empatando cinco minutos antes del fin del partido. 1-1 tanteo final.
Dos días más tarde, los brasileños son opuestos a la Argentina. José Laguna, jugador del Huracán, marca el primer fin del partido a la 10’. Trece minutos más tarde, Manoel Alencar do Monte devuelve Brasil en el partido, y el tiempo humea incansablemente, al silbar el árbitro del encuentro el fin del tiempo reglamentario sobre este tanteo final de 1-1. La Albiceleste pierde un punto en su duelo con Uruguay para la victoria final, y Brasil encadena con un segundo partido algún consecutivo.
El 12 de julio, Uruguay se enfrenta con Brasil, y la Seleção absolutamente debe ganar para tomar ambos puntos y siempre confiar en la competición. Y el delantero del Club Athlético Paulistano Arthur Friedenreich abre el tanteo al 8 minuto para los brasileños. El giro de los acontecimientos se mira favorable, y Brasil cree en eso cada vez más, pero el 16 minuto es fatal al defensor brasileño Orlando, que debe dejar a sus socios a causa de una herida. En la imposibilidad de efectuar una sustitución, el seleccionador de Brasil Sylvio Lagreca puede sólo animar a sus hombres, ahora en inferioridad numérica para la última hora de juego. Y el segundo período del partido cambia de fisonomía, Isabelino Gradín marca su tercer gol del torneo a la 58’, antes de que José Tognola dé la victoria a la Celeste a la 77’. Tanteo 2-1 final para Uruguay, que almacena dos puntos suplementarios y se encuentra único a la cabeza del grupo.
El 16 de julio, el estadio Gimnasia y Esgrima acoge final del primer Campeonato sudamericano de fútbol entre Argentina y Uruguay. Pero el acontecimiento es parado desde el 5 minuto, espectadores en las tribunas que comienzan a pelearse entre ellos. El asunto degenera y los espectadores invaden el terreno, luego el estadio se incendia porque construido de madera. El partido es trasladado al día siguiente, y tomará sitio en el estadio Racing Club de Avellaneda.
El día siguiente pues, argentinos y uruguayos se encuentran para saber quién va a llevarse el primer Campeonato sudamericano de fútbol. La Celeste necesita sólo un partido ningún para ser declarada vencedora de la competición, la Argentina absolutamente debe vencer para llevarse el torneo sobre sus tierras. 17,000 espectadores están en las tribunas, el árbitro chileno hace el saque, pero a pesar de ocasiones por cada lado, el tanteo del partido no se mueve, 0-0 en finales del tiempo reglamentario, y Uruguay de Alfredo Foglino se lleva el primer Campeonato sudamericano de fútbol.
Con 3 goles marcados en el curso de la competición, el jugador uruguayo del Peñarol Isabelino Gradín acaba a mejor goleador del torneo.